“La concepción de la escuela como laboratorio de comportamientos, como un espacio donde se quiebra la cotidianidad de los sujetos infantiles y se les somete a regímenes de trabajo e inscripción de saberes, puede resultar útil a la hora de analizar fenómenos como la violencia escolar, que ocurren en los establecimientos, y cuyas causas no pueden ubicarse exclusivamente ni fuera ni dentro de la institución escolar.